Hay que dar salida a la capacidad humana. La creatividad está ahogada debajo de tanto sistema de pensamiento «adecuado» y limitamos lo que parece secundario, todo lo que tiene que ver con la imaginación o la inspiración.
Ponerse en contacto con el talento natural hace que la vida se vuelva fácil porque la motivación se vuelve motor. La sociedad necesita personas creativas y capaces de pensar por sí mismas, personas que atiendan sus propios retos con lluvia de ideas, por muy descabelladas que en principio puedan parecer.
¿Qué necesitamos? Menos perfección imperfecta y más humanidad. 
La creatividad es algo que añoramos porque tiene esencia humana, es consustancial y sin medida, pero que dejamos abandonada y sin atender. Necesitamos ese espacio sin juicio y sin corrección en el que aceptamos lo que sale de nosotros y lo llevamos a la experiencia. Aprender a ver lo que ocurre dentro, desde el sentimiento y la intuición. 
Abandonar la alarma, la limitación, la repetición y el miedo para abrazar la curiosidad divertida de los niños porque el aprendizaje es curiosidad, es apertura y no esa sensación de rechazo a cualquier idea que sea diferente a lo normal. 

Crear nuevas ideas y encontrar soluciones distintas para los obstáculos de siempre. 
Este es el acceso directo al saber.

Creando desde el amor.