Vivimos en un sistema en el que prima lo mental, lo racional, lo teórico, la disciplina sin sentido, lo rígido, las valoraciones académicas, lo intelectual, la perpetuación de la ignorancia ante la sabiduría innata, la consecución de objetivos condicionados por el miedo…

Yo soy resultado de este sistema pero puedo desaprender para también integrar y abrazar algo más transformador: Una educación holística e integral. Educación desde una nueva mirada a la esencia y al amor en la que la auto-observación, el silencio y la escucha consciente tengan un papel primordial. Una educación poco intensa pero penetrante.

Apuesto por lo intuitivo, por lo emocional, por la vivencia, por el respeto a los biorritmos y ciclos naturales, por lo cognitivo, por la flexibilidad, por los valores humanos, por despertar el desarrollo personal, por seguir el propio camino interno…

Un gran cambio comienza por un cambio personal. Yo cambio y la sociedad cambia. Una sociedad integrada que avanza con mente de principiante y apertura ante lo tenue y delicado.

Aprender para educar personas conscientes.
Aprendizaje sutil desde lo que alberga el corazón: Amor.