Podemos educar al inconsciente y habituarlo a pensar que tras todo inconveniente que la vida presenta, por terrible que éste parezca, subyacen cambios importantes y oportunidades para la satisfacción.
Si observas en tu vida, la presunta calamidad ha desencadenado un gran impulso evolutivo y de cambio que abrió puertas hasta entonces cerradas. Hay que aprender a mirar tras las apariencias.
Ante ese olvido grave…
…la llamada telefónica inadecuada..,
…el imprevisto que desordena…,
…la noticia no deseada…,
…el accidente inesperado…,
…el gasto imprevisto…,
…el rechazo doloroso…,
…la impotencia y el impotente fracaso…,
…la enfermedad inoportuna…,
…el abandono y la pérdida…,
Pregúntate:
¿Qué me ha traído finalmente de positivo?
¿Qué está tratando de enseñarme?
¿Qué cambios renovadores trae a mi vida?
Porque la sabiduría dice:

«TIENE MÁS CONOCIMIENTO DEL MUNDO,
NO QUIEN MÁS HA VIVIDO SINO QUIÉN MÁS HA OBSERVADO.»