Una idea que , que aceptes o no, llega del corazón.
En contra de lo que la sociedad parece enseñarnos, mostrarse y emocionarse es necesario y saludable. Cualquier emoción reprimida, es una energía retenida en nuestro interior, que de alguna otra manera se canalizará.
Mostrar afecto es maravilloso. A nuestra pareja, hijos, hermanos, amigos, compañeros, vecinos… Dar abrazos, decir palabras amables, mirar desde la compasión y la comprensión, mostrar, de alguna manera, la ternura que guardamos en el interior. Porque nos apetece, porque nos hace bien, porque así sentimos el calor ajeno, porque esa energía nos eleva.
¿Cuánto podemos dar hoy?