El mindfulness, la Atención Plena, está siendo utilizado como herramienta terapéutica tanto en el aspecto médico como el psicológico. Es una terapia de tercera generación validada a nivel científico y académico.
Así mismo en el mundo educativo y social está emergiendo con fuerza su aplicación y está siendo relevante en niños y adolescentes. Potencia la regulación emocional, el desarrollo neuronal, la empatía, el pensar en las consecuencias, en tener compasión e inicia al niño/joven en habilidades vitales que les ayudan a calmarse y tranquilizarse, teniendo consciencia de su experiencia interna: ¿qué siento?, ¿qué pienso?, ¿qué veo?. Y de su experiencia externa: ¿qué sienten?, ¿qué piensan? ¿qué ven?. Potencian la reflexión en sus acciones y relaciones.