Generosa Lombardero

Tengo más de medio siglo de edad y nací a la vida real en 1996, cuando mi hija Ángela vino al mundo con una lesión cerebral. Veinte años me acompañó y durante todos me enseñó con voz vacía de palabras. Crecí en ese camino de dificultades, con las ruedas de su silla por alas. Trabajo, tesón, nuevas creencias, cultivar la paciencia, practicar la escucha, confianza, asimilar lo nuevo y sentir qué es lo adecuado, para hacerlo desde el corazón.

Desde mis veintisiete soy madre. Un poco más tarde terapeuta de multiestimulación, entusiasta del desarrollo cerebral y del potencial humano. Aprendí por mi hija, y para mí, sobre movilidad, respiración, nutrición, organización, comunicación…

Acompañó desde lo que me ha servido y practico. No puede ser de otra manera. La educación desde la apertura y el cultivo de la interioridad es el camino que lleva a la satisfacción personal y hacia una nueva conciencia social.

Muestro este camino, a otras personas. Compartiendo un cambio de mirada para mostrar que la vida no es difícil, la vida es intensa.

Mi experiencia

Aunque me formé en derecho, debido a la condición de mi hija mayor, mi aprendizaje se alineo hacia disciplinas ligadas al desarrollo cerebral, la educación y la salud emocional.

Multiestimulación cerebral, crianza respetada y enseñanzas libres y desde 2010 trabajo con personas y grupos que quieren un cambio en algún área de su vida.

Acompaño a educadores (padres, madres, docentes), grupos y empresas en un proceso de aprendizaje terapéutico, cuyo objetivo es la satisfacción y vida más consciente. 

 

Mi misión

La salud es la mitad de la felicidad y ésta comienza con una mente en calma.

Esa es mi misión: promover y potenciar el equilibrio y la salud emocional a través de la educación transpersonal. Transmitir el cultivo de la interioridad para una vida más plena y satisfactoria. 

Contribuir al desarrollo de habilidades, capacidades y destrezas que permiten mejorar la vida, a través de la comprensión, satisfacción y serenidad. 

 

 

Manifiesto

Tengo mi propia conexión interna y eso hace que me sienta segura de mí misma.
Soy blanda pero no débil.
Fuerte pero no agresiva.
Soy poderosa pero no violenta.
Tengo dignidad y autoconciencia.
Tengo puntos de vista y opiniones fuertes, pero no necesito defenderlos ante los demás.
No me siento atacada personalmente por la agresión mal dirigida de otras personas.
Sé que merezco amor y afecto y soy igualmente capaz de dar y recibir ambas cosas.

¿Quieres saber más sobre mi trabajo?

ÁNGELA, LA MENSAJERA

La transformación de una mamá a través de la discapacidad de su hija. Mi primera obra. En ella narro mi propia experiencia con Ángela, mi hija mayor, que nació con una lesión cerebral profunda....

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