Es imposible no comunicar. La comunicación se relaciona no sólo con lo que decimos, sino con el modo en que lo hacemos. Este es un elemento clave en el crecimiento sano de niños/as y jóvenes saludables.
Más que palabras. Nos comunicamos con miradas, sonrisas y gestos; con acciones, con abrazos o bofetadas, e incluso con el silencio.
Los adultos tienen una buena comunicación con los niños cuando dan indicaciones o dictaminan lo que pueden o no pueden hacer, pero suelen tener dificultad en la comunicación cuando los sentimientos están involucrados.
¿Cómo hablar y escuchar?. ¿Cómo manifestarnos sin que las emociones desagradables causen daño?
Una buena comunicación es importante para ahora y para el futuro, pues ayuda a los menores a desarrollar la confianza en sí mismos y a reafirmar sus relaciones con los demás. La buena comunicación hace la vida más placentera para ellos y con ellos mismos. Además, les ayuda a llegar a adultos con buenos sentimientos acerca de sí mismos y con la capacidad de comunicarse con los demás.
Una buena comunicación conduce a relaciones cálidas, cooperación y sentimientos de autoestima. Una comunicación pobre conduce a relaciones frustrantes, conflictos y a sentimientos de inutilidad.
Es una buena inversión aprender sobre comunicación consciente.
Este es un taller práctico para padres, madres, abuelos, tíos… educadores deseosos de aprender.
