EL PODER DE ELEGIR

Nada está bajo control.

Nos preocupamos tanto porque las cosas tengan un cierto orden, y sean como queremos, que el caos reinante con forma de virus nos produce ansiedad. 

Nunca controlamos nada, sólo nos lo parece, es una ilusión. Controlamos, aparentemente, los horarios diarios y nuestra agenda, con la finalidad de serenar la mente. Es sólo una previsión por si la vida nos coloca en ese instante pero es una probabilidad entre muchas. 

Ahora, con la pandemia como realidad posible, se descoloca la agenda y se borra el calendario. Nos vacía la vida de rutinas, de trabajo, de ingresos, de paseos, de movimiento, de aire, sol, abrazos. La llena de interiores, de incertidumbre, de inquietud por la quietud, de ansiedad, de rabia, enfado, miedo y ausencia de control. Nos enfrenta a la verdadera realidad, la ausencia de control. Esa significativa gestión de cada día, que nos acerca a la ilusión de ese poder, se ha desvanecido, no existe.

Mis hijas lloraban porque no tenían sus actividades. “No es justo”, decían. Sí, tienen razón. Todo el mundo tiene razón: es una situación difícil; se genera tensión porque estamos todos encerrados; el mal humor nos rodea; otro es culpable pero no sabemos muy bien quién; el problema no se está gestionando de la forma que cada quien cree; no sabemos qué ocurrirá…

Sí, todos tienen razón. Cada persona la suya y el argumento justo y razonable para poder sentir crispación, mal humor, aburrimiento y miedo.

¿Esto ayuda? ¿Se puede elegir?

Elijo tener calma y estar serena. No necesito tener razón, no necesito justificación, ni argumentos para la rabia, porque ese razonamiento sostiene el malestar. Suelto las justificaciones, pruebas y explicaciones. Solo elijo tener paz. 

Respiro, suelto la necesidad de tener razón y decido hacer un espacio para la calma y la serenidad. 

Un aporte más interesante para mí y mi entorno. 

Elijo calma y serenidad.

Te animo a la experiencia Mindfulness. Respira.

Atención Consciente a la respiración