¿QUIERES RESPIRAR BIENESTAR?

Cursos de Mindfulness. https://EsenciadeAtencion.com.
Generosa Lombardero. https://generosalombardero.com

¿QUIERES RESPIRAR BIENESTAR?

Comienzo mi colaboración con Credeser con una invitación. Te invito al Bienestar desde la práctica de la Atención Plena o Atención Consciente. El contenido y las sugerencias de mis artículos están orientadas a la construcción de hábitos mentales saludables a partir de un cambio en el foco de Atención hacia aquellas cosas que por comunes y cotidianas, pasamos por alto. ¿Hay algo más frecuente, normal y ordinario que respirar?

Observa la gran importancia que tiene la respiración en nuestras vidas. Inspiramos y espiramos de manera automática sin ser conscientes del valor que esta acción espontánea e incontrolada conlleva y merece. Es el constante testigo de toda nuestra travesía vital y podemos utilizarla para sobrevivir, como generalmente hacemos, o puede ser un instrumento de transformación, calma y bienestar.

Así ha ocurrido desde hace miles de años en las grandes tradiciones espirituales, que se han apoyado en ella.   El ritmo pulsante de la respiración acompaña el movimiento de la vida en cada instante.

La respiración es agitada antes de una prueba o examen, contenemos el aliento ante el pánico y el dolor, con el beso se convierte en sutileza, se expande con la alegría, se encoge con la tristeza, desaparece con la sorpresa y suspira con la melancolía.   Cuando nacemos y durante un tiempo mientras somos bebés, respiramos plenamente con el vientre relajado. Todo nuestro cuerpo se mueve en una danza armoniosa que de manera libremente natural nutre todas las células del cuerpo.

Pero sucede que, unas personas antes que otras, comenzamos a sentir estrés y la respiración se ve alterada. Suspiramos a menudo, tensamos el vientre, sentimos cansancio, falta de energía, enfado, rabia, irritación o ansiedad y todo ello hace que el equilibrio entre inhalación-exhalación, desaparezca.

La palabra “Spíritu” tiene como significados: aspirar, inspirar, espirar, respirar, suspirar, transpirar…fuerza vital, coraje, ánimo, esencia de la vida. La relación entre alma y espíritu es muy común. Si le prestas Atención puedes poner tu respiración al servicio del bienestar del cuerpo, mente y espíritu. Tal como respiramos vivimos, así que una respiración superficial conlleva una vida de poca profundidad, sensación de vacío y una experiencia igual de insuficiente con uno mismo. Por eso hay innumerables razones para practicar la Atención Plena a la Respiración.   Siete Razones para practicar la Atención a la Respiración  1.

La respiración así realizada disuelve las tensiones y hace desaparecer el estrés. Si se respira correctamente se abandona la pauta de “ataque o huída” y se adquiere la pauta de relajación. El organismo sale del estado de alerta y se reconduce hacia la calma. (Te dejo aquí mi artículo: “Las mil caras del estrés” https://bit.ly/2nAqYko)

  2. Tiene un efecto directo sobre el nivel de energía. Al respirar con eficacia, se dispone de mucha más energía física, te sientes más animado y productivo.   

3. Sirve para gestionar mejor nuestras emociones. Sobre las emociones queda mucho por aprender y la educación emocional es un área que hay que abordar para una sociedad saludablemente equilibrada. La Atención Plena a la Respiración ayuda a expresar, aliviar y es de gran ayuda en la comunicación con los demás.   

4. Previene y ayuda a mejorar problemas físicos. La bibliografía sobre respiración está llena de ejemplos en los que se comprueba que con unos principios de respiración atenta, se pueden aliviar enfermedades y apoyar la recuperación hacia la salud.   

5. Alivia el dolor. Así como en el parto natural, el dolor se puede reducir e incluso eliminar aplicando Atención Plena a la Respiración.   

6. Favorece la concentración y el rendimiento físico. La localización de la Atención aumenta con una respiración sana y lo mejor que se puede hacer para largos períodos de concentración es practicar la Respiración Consciente.   

7. Facilita los procesos de crecimiento personal. La respiración ayuda a percibir las barreras que impiden amarnos. Podemos elegir la Atención a la Respiración como un camino hacia esa experiencia humana tan esencial que es aprender a amar. Amor hacia uno mismo y hacia los demás.  Leído lo anterior, esta es mi sugerencia y recomendación para el Bienestar: Dedica un tiempo a prestar Atención Plena a la Respiración.    * ¿Sientes cómo te llenas de energía al inhalar y cuando exhalas cómo te vacías abriéndote a lo desconocido? ¿Tomas conciencia de los ritmos sutiles, pero siempre cambiantes?

Ponte en contacto con el movimiento del abdomen para relajar el plexo solar, esa parte en la boca del estómago donde se guardan las emociones.   

Fíjate en tus patrones de conducta y lenguaje: “estoy sin aliento”, “dame un respiro”, “parece que me ahogo”, “me falta el aire” …   

Cuando tu respiración es agitada, intermitente o ruidosa seguramente sientes miedo, nervios o enfado. No hay posibilidad de respirar lenta, regular y conscientemente sintiendo al mismo tiempo las sensaciones del estrés. Obsérvalo para descubrir el punto de encuentro entre la respiración inconsciente que te limita y el poder de ejercer la Atención Plena y Consciente a la respiración. Ahí es donde se encuentran el Bienestar y la Calma. ¡Respíralo! 

Y…¿CÓMO RESUELVO LO MÍO?

Y…¿CÓMO RESUELVO LO MÍO?

Cursos de Mindfulness. https://EsenciadeAtencion.com.
Generosa Lombardero. https://generosalombardero.com

Y…¿CÓMO RESUELVO LO MÍO?

Hay preguntas para las que la respuesta es No.
Un no taxativo y contundente.
No se aprueban unas oposiciones por participar en un curso de Mindfulness ni comienza a crecer pelo en una bella calva por cultivar la interioridad.

Tal vez se consiga calma y determinación para los exámenes o se empiece a ver con agrado el apasionante mundo del sombrero pero el Universo va a seguir girando como lo ha venido haciendo hasta hoy. 
El Mindfulness No es una varita mágica. El trabajo interior no es ni lo quiere toda la sociedad. La Atención Plena no cambia el mundo ni lo pretende.

No tiene poder contra el paro, los abusos, la falta de dinero, los atascos, la violencia, la muerte, las rupturas de pareja, ni otros graves o más leves inconvenientes cotidianos.

Esta práctica, este entrenamiento mental, lo que trata es de acompasar todos esos momentos que van apareciendo en cada línea de vida, desde una mirada serena. Consiste en, partiendo del poder de la aceptación, no generar sufrimiento con aquello que no está sucediendo en realidad.


Se puede explicar mil veces en que consiste el Mindfulness, se pueden leer infinidad de libros sobre el tema pero las palabras son insuficientes y se quedan cortas ante cualquier mínimo periodo de práctica.
La atracción por lo desconocido hace que nos acerquemos sólo a la descripción para, desde ahí, decidir si es o no para nosotros.

Hay preguntas con un No por respuesta porque las personas que las realizan tratan de encontrar una ratificación y necesitan que otra les confirme que, efectivamente, lo suyo no tiene solución.

En muchos casos quieren únicamente acompañante para su victimismo o una oreja que escuche su versión de la triste realidad. Otras buscan una poción mágica y milagrosa para sus dolencias emocionales, para sus circunstancias vitales.
Exigen que todo funcione “ya”, que alguien les de una fórmula para un bienestar instantáneo, o como mucho para que surja en un par de semanas, sin darse cuenta que su malestar tampoco se ha creado de un día para otro.

Prestar Atención es algo muy sencillo pero poco fácil en un mundo lleno de estímulos, colmado de actividad, atestado de movimiento constante, saturado de responsabilidades variadas y múltiples.

Nos sentimos arrastrados por la sociedad a la que culpamos y de la que, al mismo tiempo, formamos parte.
Prácticamente no existen momentos para detenernos y apreciar la vida, con lo que traiga en ese momento.
Sin embargo, aquellas personas que se comprometen consigo mismas a una práctica de Atención regular y constante son las que reciben sus beneficios.

Así que siento decir que no. Nada cambia porque se respire cuatro veces de manera consciente, pero tal vez todo lo complejo que pueda ser tu vida o lo más oscuro que resulte un problema pueda ser resuelto de manera silenciosa, constante, profunda y desde un cambio en la conciencia.
Cambios sutiles, movimientos pequeños, delicados, casi imperceptibles al principio y que son la base de grandes transformaciones. Evolución desde dentro hacia fuera. Un proceso que va llenando levemente de lucidez el despertar de cada mirada.

La pauta y respuesta a la pregunta que, si se aplica, va dando resultados: Suave-Mente. 

RAÍCES Y ALAS

RAÍCES Y ALAS

Cursos de Mindfulness. https://EsenciadeAtencion.com.
Generosa Lombardero. https://generosalombardero.com

Raices y Alas

Tenía la intención de escribir sobre el carnaval, sobre los disfraces que nos acompañan y ayudan a llevar la máscara diaria.

Algunas palabras bailaron alrededor de ese proyecto pero una cosa es el interés personal y otra muy diferente la realidad de la vida, que siempre desemboca en la muerte.

Hace siete meses murió mi hija, hace unos días ha muerto mi madre. Hija y madre, alas y raíces. Cuando fallece mi hija se quiebran la alas de mi alma. De ella recibí un regalo de aceptación, de admitir todo tal cual y sentir que así es como ha de ser, que es lo correcto.

Cuando se muere mi madre se mueve la raíz de mis entrañas.

De mi madre tomo la vida que viene de arriba, tomo su historia, lo que fue, lo que pasó y así puedo estar en sintonía con todo. Gracias a ella y a mi padre, tengo la gran oportunidad de existir.

La mejor forma de prepararse para la muerte es frecuentándola a menudo, siendo consciente de su continua compañía, aceptando que aparece en cualquier instante, puede que sin aviso y si bien su cercanía tiende a ser fuente de temor, dolor y desesperanza, también es un proceso donde lo esencial aflora con facilidad, lo superfluo se desprende y sólo queda lo verdadero.

Tendemos a creer, cuando llega este momento, que no es el adecuado o es demasiado pronto pero nunca dejamos de estar en tránsito.

Tener presente la muerte como transcendencia, hace que el tiempo que transcurre desde el nacimiento pueda ser una oportunidad para realizar un camino interior desde la identidad del yo hasta nuestra identidad profunda y fundamental.

Están siendo momentos muy intensos, un período de pérdidas significativas que suponen una gran transformación.

Pérdidas que pueden provocar sufrimiento pero lejos de ser así y a pesar de sentir una profunda pena, tengo el corazón abierto a una fortuna infinitamente mayor que la aparente tragedia del morir. Mi consuelo, como dulce bálsamo, está en esta certeza.

El alivio va más allá del ánimo emocional, es fruto de comprender que desde el primer hasta el último tramo de vida tiene sentido, es parte de ese círculo perfecto que cierra una biografía.

Abandono la mirada limitada a la realidad que juzga desde la pequeñez de los sentidos. Tengo presente que todo aquello que no puedo oler, ver, oír o tocar sigue existiendo más allá del recuerdo o el olvido y eso me hace sentir un profundo agradecimiento. Gracias a mi madre, a mi hija y a los que antes que yo allanaron el sendero.

Gracias por hacer mi vida mucho más rica en luces y sombras, más armoniosa y serena. Gracias por ser mi referente, mi fortaleza, mi respaldo y mis maestras.

Gracias a ambas por enseñarme que el amor se aprende, se repara y que cuando fluye hacia nuestro propio árbol, hacia nuestro sistema, fluye también hacia los demás.

Me quedo con la vida como herencia para ser feliz en vuestro honor. Seguimos unidas por infinitos e invisibles hilos de amor.

 

 
Artículo publicado en El Revistín. Avilés Feb 2018
 

LAS MIL CARAS DEL ESTRÉS

Cursos de Mindfulness. https://EsenciadeAtencion.com
Generosa Lombardero. https://GenerosaLombardero.com

LAS MIL CARAS DEL ESTRÉS

Decir estrés es algo que puede asociarse a los trabajos de corbata, maletín y que aparece cuando esas personas, así vestidas, no consiguen los objetivos que se han marcado. Pero nada más lejos de la realidad porque lo cotidiano nos envuelve en un estrés similar al miedo. El miedo tiene muchos grados y mil caras.

El estrés es algo natural que responde a la necesidad de adaptación al entorno; pero resulta muy perjudicial si es intenso o se prolonga en el tiempo. Muchas personas, aún sin saberlo, viven en un alto grado de estés.


Estos son algunos de los síntomas más frecuentes del estrés.

 

Pensamientos: Temor excesivo a todo, autocrítica constante, dificultad para la concentración, pensamientos repetitivos, olvidos, duda y dificultad para tomar decisiones…

Emociones: Nerviosismo, confusión, irritabilidad, miedo, ansiedad, depresión, enfado permanente, reacciones desproporcionadas, estado de ánimo cambiante…

Comportamiento: trato áspero hacia los demás, risa nerviosa, alto consumo de alcohol, tabaco u otras drogas, relación poco equilibrada con la alimentación, llantos, …

Cambios físicos: Tensión muscular, problemas de espalda, cuello y hombros, alteraciones del sueño, manos frías o con sudor, rechinar de dientes, apretar mandíbulas, dolor de cabeza, mareos, tics nerviosos, fatiga, respiración agitada, sarpullidos, disfunción sexual…

Algunos de estos síntomas, la mayoría o todos, pueden impregnar la vida porque en ello está sumergida la mente. Los pensamientos nos ofrecen un espejismo como salvación para el inalcanzable control; creemos erróneamente que cuanto más pensamos mejor estamos porque la certeza racional busca los puntos de vista sólidos e inamovibles que parecen tener la solución y nos afanamos en esa persecución.

Se vive en el estrés cuando la vida está plagada de inseguridades, vergüenzas y compromisos autoimpuestos. Cuando se pretende ser perfecto y no se reconocen las necesidades propias; cuando la obsesión, la desconfianza y la impulsividad reaccionaria son las compañeras constantes.

Lejos de ello, cuando se practica el no hacer y aquietar la mente, aparece la seguridad, que aunque sin certeza, aporta flexibilidad y aceptación. Tendemos a llenar la vida de cosas y de datos la cabeza pero nos cuesta estar en el silencio y cultivar nuestro espacio vacío. Y es en ese espacio, en el que la mente no le gusta entrar porque significa que la están domando, donde se encuentra la calma y el bienestar.

Los niños pequeños y los adolescentes sienten el estrés, no es una cuestión profesional. Se puede permanecer fuera del mercado laborar, no tener horario ni fecha en el calendario, sintiendo toda la presión y el estrés que permitamos a la mente regalarnos. La fantástica receta de jugar al golf no sirve de nada si la mente no acompaña la bola.

La mente no se jubila pero podemos aprender a usarla para el júbilo porque la alegría acompaña al amor. Desde el amor lo escribo.

 

 

 
 

Soy una persona valiosa.

Soy una persona Valiosa

En el colegio de mis hijas puede leerse un rótulo con la frase: “Porque te quiero, te pongo límites”.
 
Ser valioso es uno de los cimientos de la autodisciplina porque cuando uno se considera valioso, se cuida a sí mismo, aprecia su tiempo y desea emplearlo bien. Este sentimiento, el de ser valioso, es esencial para el equilibrio emocional y resultado de los primeros años de vida, de cómo se abona el crecimiento en la niñez.
 
Si amamos algo, si lo estimamos, le dedicamos tiempo para cuidarlo y disfrutarlo. Esto ocurre con los hijos, a quienes les ofrecemos todo ello porque el amor y la disciplina exige nuestra Atención Plena y tiempo. Cuando no tenemos espacio para ellos o no estamos dispuestos a dedicarles atención no podemos advertir cuando expresan la petición de ayuda y disciplina. Siempre se pueden percibir sutiles necesidades en cómo estudian, de qué manera comen, si no dicen la verdad, si eluden los inconvenientes, si enfrentan el miedo…El tiempo es necesario para escuchar y ajustar, leer cuentos, dar un abrazo, un beso, ánimos o explicaciones. La disciplina es Presencia. Mindfulness para estar Atento y Presente en sus vidas acompañando sus emociones y estados sin crítica. La función de padres y madres es acompañar, sosteniendo y conteniendo lo que sientan. Para sostener es necesario poder observar nuestras propias emociones sin que nos arrastren, para contener es imprescindible comprender y comunicarse.
 
Nuestros hijos se dan cuenta cuando los padres hacen esto. No se traduce, por supuesto, en una gratitud inmediata, es sólo un “ si mis padres están aquí, dispuestos conmigo y con lo que siento, entonces merezco la pena, es que soy una persona valiosa”. Ese es el comienzo de la autodisciplina. 
 
En muchas ocasiones los padres creemos conseguir la disciplina de un modo fácil y rápido. Queremos controlar e imponer desde la amenaza abierta del abandono: “ si no haces cómo necesito que hagas entonces…no te quiero, te abandono”,  No se abandona en el sentido literal del término, sino que no ofrecemos palabras tranquilizadoras, únicamente desaprobación. Por este camino se construyen adultos que se abandonan, llenos de un profundo sentimiento de invalidez. Mindfulness te ayuda a centrar tu atención a tus hijos
 
El tiempo y la calidad de los momentos que los adultos dedicamos a los hijos indica a éstos el grado en que son valorados. Esto no significa frecuentes declaraciones de amor, diciéndoles repetida y mecánicamente que los queremos por encima de todas las cosas porque los niños nunca son engañados con palabras huecas. Suelen agarrarse a ellas porque desean, por encima de cualquier cosa, ser amados pero inconscientemente saben cuando las palabras de sus padres no están respaldadas por sus actos. 
 
Para sentir el propio valor y tener cierto grado de autodisciplina y seguridad se necesita el ejemplo coherente y genuino de los padres desde la Presencia. Cuando no es así, se puede adquirir de otras maneras pero es un camino, y lo digo por experiencia propia, poco fácil que dura toda la vida. 
 
La educación de nuestros hijos pasa por nuestro propio desarrollo personal. Esto es así.
 
¿Te sientes una persona valiosa?
 
 

 

Respuesta al Corazón.

Me preguntan porqué recurro tanto a la imagen del corazón. Es una figura bonita, siempre me han gustado, pero no es esa la razón.  Recuerdo perfectamente, aunque tenía pocos años, el funeral de un pariente cercano en el que oía decir: “Se murió de pena”. Una persona saludable a la que venció la tristeza en forma de enfermedad. 
 
No es un secreto para nadie, la sabiduría popular está llena de historias sobre alguien a quien se le “partió el corazón” después que se murió su pareja, tras la enfermedad de un hijo o por un gran desencuentro con sus expectativas vitales. Estos casos comunes ya han dejado de tratarse como simples coincidencias porque los profesionales de la salud saben que cuando el cerebro emocional se desajusta, el corazón sufre y sucumbe por agotamiento. 
 
Existe un sistema íntimo e indivisible corazón-cerebro, donde el equilibrio del primero influye en el segundo. Si vamos un poco más allá ya se sabe que el intestino y el corazón cuentan con sus propios circuitos de miles de neuronas que son como minicerebros. Incluso contola la liberación de su propia farmacia hormonal: Adrenalina, oxitocina o la que influye en la tensión de las arterias. 
 
Las emociones se reciben en el cuerpo y solamente después se perciben en el cerebro. Lo que sentimos en diferentes estados es recepcionado por el corazón y hace participe a todo el organismo. Así que es clarísima la importancia del corazón en las emociones, no sólo una bella y romántica imagen, en él se plasma el sentir y lo expresa todo el organismo. 
 
La base de la inteligencia emocional es ésta, ayudar desde la calma y la serenidad al corazón para gestionar las respuestas en el cerebro. Son las emociones contractivas, como la ansiedad, la ira, el pánico, la tristeza y las preocupaciones triviales mantenidas en el tiempo las que afectan al órgano central y crean confusión en nuestra anatomía. Emociones expansivas, hijas del amor, como la alegría o la gratitud favorecen la adaptación del corazón y su correspondiente beneficio para la persona. 
El corazón simboliza el amor. Nacemos para sentirlo, lo pedimos,  necesitamos, suplicamos de diferentes maneras y siempre lo buscamos. La respuesta a los vaivenes de la vida está en nutrir y acompañar amablemente al corazón porque  todo responde adecuadamente si así lo hacemos.
La imagen del corazón hace recordar que todo lo necesario está dentro. Es la razón menos razonada.