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¿QUIERES RESPIRAR BIENESTAR?

Comienzo mi colaboración con Credeser con una invitación. Te invito al Bienestar desde la práctica de la Atención Plena o Atención Consciente. El contenido y las sugerencias de mis artículos están orientadas a la construcción de hábitos mentales saludables a partir de un cambio en el foco de Atención hacia aquellas cosas que por comunes y cotidianas, pasamos por alto. ¿Hay algo más frecuente, normal y ordinario que respirar?

Observa la gran importancia que tiene la respiración en nuestras vidas. Inspiramos y espiramos de manera automática sin ser conscientes del valor que esta acción espontánea e incontrolada conlleva y merece. Es el constante testigo de toda nuestra travesía vital y podemos utilizarla para sobrevivir, como generalmente hacemos, o puede ser un instrumento de transformación, calma y bienestar.

Así ha ocurrido desde hace miles de años en las grandes tradiciones espirituales, que se han apoyado en ella.   El ritmo pulsante de la respiración acompaña el movimiento de la vida en cada instante.

La respiración es agitada antes de una prueba o examen, contenemos el aliento ante el pánico y el dolor, con el beso se convierte en sutileza, se expande con la alegría, se encoge con la tristeza, desaparece con la sorpresa y suspira con la melancolía.   Cuando nacemos y durante un tiempo mientras somos bebés, respiramos plenamente con el vientre relajado. Todo nuestro cuerpo se mueve en una danza armoniosa que de manera libremente natural nutre todas las células del cuerpo.

Pero sucede que, unas personas antes que otras, comenzamos a sentir estrés y la respiración se ve alterada. Suspiramos a menudo, tensamos el vientre, sentimos cansancio, falta de energía, enfado, rabia, irritación o ansiedad y todo ello hace que el equilibrio entre inhalación-exhalación, desaparezca.

La palabra “Spíritu” tiene como significados: aspirar, inspirar, espirar, respirar, suspirar, transpirar…fuerza vital, coraje, ánimo, esencia de la vida. La relación entre alma y espíritu es muy común. Si le prestas Atención puedes poner tu respiración al servicio del bienestar del cuerpo, mente y espíritu. Tal como respiramos vivimos, así que una respiración superficial conlleva una vida de poca profundidad, sensación de vacío y una experiencia igual de insuficiente con uno mismo. Por eso hay innumerables razones para practicar la Atención Plena a la Respiración.   Siete Razones para practicar la Atención a la Respiración  1.

La respiración así realizada disuelve las tensiones y hace desaparecer el estrés. Si se respira correctamente se abandona la pauta de “ataque o huída” y se adquiere la pauta de relajación. El organismo sale del estado de alerta y se reconduce hacia la calma. (Te dejo aquí mi artículo: “Las mil caras del estrés” https://bit.ly/2nAqYko)

  2. Tiene un efecto directo sobre el nivel de energía. Al respirar con eficacia, se dispone de mucha más energía física, te sientes más animado y productivo.   

3. Sirve para gestionar mejor nuestras emociones. Sobre las emociones queda mucho por aprender y la educación emocional es un área que hay que abordar para una sociedad saludablemente equilibrada. La Atención Plena a la Respiración ayuda a expresar, aliviar y es de gran ayuda en la comunicación con los demás.   

4. Previene y ayuda a mejorar problemas físicos. La bibliografía sobre respiración está llena de ejemplos en los que se comprueba que con unos principios de respiración atenta, se pueden aliviar enfermedades y apoyar la recuperación hacia la salud.   

5. Alivia el dolor. Así como en el parto natural, el dolor se puede reducir e incluso eliminar aplicando Atención Plena a la Respiración.   

6. Favorece la concentración y el rendimiento físico. La localización de la Atención aumenta con una respiración sana y lo mejor que se puede hacer para largos períodos de concentración es practicar la Respiración Consciente.   

7. Facilita los procesos de crecimiento personal. La respiración ayuda a percibir las barreras que impiden amarnos. Podemos elegir la Atención a la Respiración como un camino hacia esa experiencia humana tan esencial que es aprender a amar. Amor hacia uno mismo y hacia los demás.  Leído lo anterior, esta es mi sugerencia y recomendación para el Bienestar: Dedica un tiempo a prestar Atención Plena a la Respiración.    * ¿Sientes cómo te llenas de energía al inhalar y cuando exhalas cómo te vacías abriéndote a lo desconocido? ¿Tomas conciencia de los ritmos sutiles, pero siempre cambiantes?

Ponte en contacto con el movimiento del abdomen para relajar el plexo solar, esa parte en la boca del estómago donde se guardan las emociones.   

Fíjate en tus patrones de conducta y lenguaje: “estoy sin aliento”, “dame un respiro”, “parece que me ahogo”, “me falta el aire” …   

Cuando tu respiración es agitada, intermitente o ruidosa seguramente sientes miedo, nervios o enfado. No hay posibilidad de respirar lenta, regular y conscientemente sintiendo al mismo tiempo las sensaciones del estrés. Obsérvalo para descubrir el punto de encuentro entre la respiración inconsciente que te limita y el poder de ejercer la Atención Plena y Consciente a la respiración. Ahí es donde se encuentran el Bienestar y la Calma. ¡Respíralo!