Todo necesita tiempo. 
Queremos llaves mágicas que abran las puertas hacia lo que necesitamos pero el cambio instantáneo no existe.
El pensamiento positivo no es sólo una filosofía, es una forma de vida. Necesita actitud y actividad envueltas amorosamente por la disciplina y eso es lo que da resultados. En un tiempo razonable se obtienen avances que se pueden medir.
Es como ir al gimnasio: en dos días no consigues nada pero si día tras día sigues esa rutina, al cabo de un año…»voilà», tu cuerpo ha cambiado. Para ello hay que enfocarse en el ahora, actuando en el momento presente sin perder de vista el objetivo final.
La disciplina mental es el comienzo, alimenta el proceso de transformación y se convierte en una espiral ascendente: cambia tu humor, cambia tu salud, cambian tus relaciones, cambia el estar en familia, cambia el trabajo….cambia la vida. 
¿Quieres que tu vida cambie?
Disciplina, aprendizaje sutil desde el amor.