Solemos relacionar la buena comunicación con el arte de influir en los demás. Pero también puede ocurrir esto si usamos los oídos.
Saber escuchar es tan importante como expresarse acertadamente. 
Parece que escuchar es lo  mismo que oír, pero para escuchar tenemos que activar algo más que el sistema auditivo. Es atención y concentración en un acto con intención y la intención tiene mucho poder.
Cuando escuchamos estamos siendo generosos, flexibles y pacientes. Nos volvemos comprensivos al mostrar interés por los demás. 
Cuando escuchamos generamos confianza en el otro y extendemos un manto de seguridad que no es más que la creada por la propia persona «cuando se presta atención a sí misma».
Escuchar es algo mágico que nos abre las puertas a las opiniones ajenas y nos llena de otras realidades que completan la nuestra.
Dice un proverbio chino:
“El gran Arquitecto del Universo hizo al hombre con dos orejas y una boca, para que así escuche el doble de lo que habla”
Escuchar es escucharnos

¡Shhhhhhhhhhhhhh! Escucha.