-“Te quiero decir una cosita: estoy embarazada.”
¿Una cosita? ¿Eso es una cosita?
¡Eso es un notición fenomenal!
Acompañar en los procesos personales es un maravilloso privilegio que tengo la enorme fortuna de experimentar. Cuando algo se mueve en el interior de la persona, nunca se sabe hacia donde virará su vida, pero inevitablemente hay cambios. Éste es uno extraordinario y la noticia me erizó la piel de los pies a la cabeza.
Vivo milagros todos los días, prodigios que yo siento así porque llevo gafas invisibles con esa graduación. Cuando mis dos hijas pequeñas se van cada día en el autobús al colegio y les digo adiós desde la acera siento que es un milagro porque hace veinte minutos estaban remoloneando en la cama y ahora están ahí, aseadas, vestidas y desayunadas. Los que no llegan a tal categoría se quedan en misterios. ¿Cómo puede ser que el arenero del colegio se siga llamando así cuando la más pequeña trae tal cantidad de arena en sus zapatos? Si cada niño y niña de infantil, trae esa porción rodeando sus pies…por simple cálculo proporcional ¿no es esto un misterio?
Vivo entre misterios y milagros, entre personas que los hacen y seres que lo son, pero el milagro de la vida es algo fascinante que me asombra especialmente y esta noticia me hace sentir en expansión.
Mi cliente había deseado desde siempre tener bebé pero sentía que el tiempo estaba en su contra y sus creencias también: “ se me pasa el arroz” y efectivamente eso se reflejaba en el exterior y sus conocidos le lanzaban esa sentencia.
Como es dentro, así es fuera. El mundo exterior nos refleja, de manera fiel e inequívoca, nuestro interior. Ocurre que solemos repetir algo, porque siempre se ha hecho así, para que de el resultado deseado, pero ese resultado es una proyección de lo que hay en nuestro interior. Es como si queremos manipular la imagen de una película proyectada en la pared. ¿Realmente es ahí donde podemos hacerlo o tiene que ser desde los fotogramas?.
Las emociones contractivas no desaparecen, se quedan en el cuerpo porque las reprimimos y negamos, llenando un espacio. Cuando somos capaces de soltar eso que ocupa lugar, algo nuevo aparece para instalarse porque la vida siempre llena los vacíos. Eso hemos hecho: hemos respirado y drenado las emociones de miedo e ira, emociones densas y cristalizadas que no nutren e impiden que algo nuevo aparezca. Así se ha producido el gran milagro, en forma de algo maravilloso: otra vida.
Gracias por permitirme acompañarte. Gracias por tu auto-compromiso. Gracias por la semilla de tu intención que regaste con acción. Gracias por el permiso para contar esto.
Gracias a tu pareja. Las pequeñas mentes racionales tenemos que rendirnos ante la gran Mente para embargarnos de felicidad.
La vida se abre camino…siempre siempre desde el amor.