En una lista de prioridades:
Sólo aprendemos con la experiencia, así es y añadiría yo, desde la honestidad. Honestidad para reconocer lo que hay debajo o detrás. Detrás del tener, debajo del hacer, donde está el sentir. Es ahí donde se encuentran las respuestas, si queremos encontrarlas, detrás del victimismo y debajo de la excusa. Utilizamos muchas justificaciones para alejarnos de lo que nos ayuda, caemos en la autonegligencia cuando más necesitamos arroparnos. No estoy libre, por supuesto. Lo he hecho y me descubro en ello, a pesar de practicar la atención y ser consciente de la trampa.
* Cuando, colocándome en un papel derrotista, veo la vida como un montón de catástrofes girando a mi alrededor, aparece la sensación de malestar y por supuesto la queja. Entonces alguien se acerca con una posible alternativa y automáticamente:
-¡Uf, qué va! Yo no tengo tiempo para eso.
Así es y aquí incluyo poner como disculpa a mi familia, regalándoles generosamente esa culpa por tener que dedicarme a ellos. Desde mi opción personal sé que yo elijo ocuparme de ellos o escojo dedicarme a mí pero siempre tomando la responsabilidad. Conozco la necesidad de priorizarme para dar calidad a mis cuidados porque no es posible amar desde la carencia.
* Cuando me empeño en ser superior al tiempo y me invade la autoexigencia:
– ¡Todo lo tengo que hacer yo!.
Un lamento que me conecta directamente con el empeño en no pedir ayuda y con quitarles poder a quienes pueden hacer perfectamente las mismas funciones. María Montessori decía que hacer por alguien aquello de lo que él mismo es capaz, significa limitar su crecimiento. Nada más lejos de mí intención que impedir cualquier desarrollo así que, como un navegador, me re-oriento.
-¡No tengo dinero! ¡Es demasiado caro!
Tal vez podría añadir: …para emplearlo en mí. Tengo la seguridad de poder prescindir de la gran mayoría de cosas que veo a mi alrededor y también sé que es importante invertir en crecer por dentro. Ante este argumento del ego me cuestiono: ¿Cuánto vale lo verdaderamente significativo para mi persona?
Lo que quiero decir cuando alguno de estos pretextos, u otros parecidos, salen por mi boca es que alinear lo que siento, pienso, digo y hago requiere ampliar mi mirada para descubrir la claridad, integridad y compromiso conmigo misma.
Así es.