La vida es movimiento y cambio. Cualquier individuo por muy anónimo que sea tiene todo lo necesario para crear un gran betseller con sus experiencias. Muchas cosas suceden que nos hacen sentir tristeza, miedo, estrés, ansiedad o alegría y felicidad sublime. Enfermedades, duelos, el área laboral, romper relaciones, mantener relaciones, problemas económicos, tener hijos, no tenerlos..
Aquellas personas que son conscientes de sus pensamientos, sentimientos y conductas, aprenden la manera saludable de hacer frente a las circunstancias propias del existir. Se sienten bien ante la certeza de ese movimiento vital y tienen reacciones sanas.
Expresan los sentimientos en un ambiente seguro y amoroso, liberándose así de pesadas cargas. Son flexibles cuando la vida no cumple sus expectativas, aceptando y mirando con perspectiva. Calman la mente, calmando el cuerpo pues este es la entrada a la emoción, al corazón y a la esencia.
Es un concepto glamuroso para una sabiduría ancestral de la que todos los grandes han hablado. La inteligencia emocional es la capacidad para conectarse con el corazón, donde está la razón más poderosa: Amor.
«Sal de tu cabeza y baja al corazón.
Piensa menos y siente más».
OSHO