Una importante responsabilidad del ser humano es construirse una mente satisfecha.

Es muy habitual culpar a alguien, a las circunstancias que nos tocan, o a la vida, de lo que nos ocurre. Cuando se traspasa esa actitud victimista, se puede aprender de las experiencias, crecer y avanzar.

Recuerda que el cerebro está concebido para aumentar aquello en lo que pone su atención. Aquello que simplemente «miras», sucede que se incrementa, tanto para la el victimismo y la impotencia, como para la alegría y el sentido de la vida.

La queja debilita al que la emite.

La satisfacción y el gusto por la vida es una capacidad que se aprende y desarrolla.

Tu consciencia puede entrenarse para hacerse familiar al goce y al bienestar que, además de producir endorfinas muy saludables para el organismo, «contagia» a los que te rodean, de manera muy estimulante.

Presta Atención, aprende y crece.
Aprendizaje sutil.