AUTOCONOCIMIENTO.
Todos creemos que nos conocemos pero lo que conocemos es nuestra dinámica de conductas, es decir, como actuamos en determinadas circunstancias, la mayoría de las veces en piloto automático, porqué es lo que siempre hemos hecho, sin cuestionarnos nada más.
Conocerse es un camino, es una vía de conexión permanente con el ahora, con lo que nos está pasando, con nuestra emoción. Lejos de ser un objetivo es una ACTITUD DE CONTACTO hacia lo que sentimos.
No existe el «yo me conozco» porque cada instante es diferente y el ser humano es un pensar en constante cambio, es una energía en movimiento.
Cuando estoy atenta a lo que me pasa, puedo elegir. Puedo dar una respuesta en coherencia con lo que siento y no reaccionar, sin más. Eso es lo que trae consigo: libertad para decidir lo que quiero sentir, sin enroscarme en lo que me sienta mal.
Escoger aquello que me beneficia, sin dudar.
Eso es el autoconocimiento.
Ni más…
…¡Ni menos!