¡SECTA, NO ME DIGAS! PUES…¡BENDITA SECTA!

Las opiniones son propias, variadas y existen para todo y sobre todo. El miedo que en repetidas ocasiones aparece ante mí no es más que el mío propio. Lo afronto y le miro a los ojos.

Cuando se habla de pensamiento, actitud, energía, coaching, meditación, cambio, emociones, autoestima, educación desde el corazón, atención plena, respiración, mindfulness…, que a diferencia de las manzanas, no se ven.

Cuando se ofrecen actividades de autoconocimiento, desde el «darse cuenta», la consciencia, para el bienestar, la crianza y la educación consciente, donde todos somos educadores y educandos.
Cuando se promueven cambios en todas las áreas de la vida usando caminos distintos a los que se utilizan siempre. Cuando se hacen todas estas cosas, las que yo hago, aparecen personas que hablan desde el miedo. Pánico a lo desconocido y sobre todo miedo a conocerse. Es su propia inseguridad y alarma interior porque generalmente esas mismas personas no se han acercado a la fuente para, usando simplemente la lógica, saber lo que ocurre realmente. 
Enseño y muestro un camino por el que transito y en el que me he formado. Tengo más conocimiento de mi misma, sé lo que me aporta energía y cambio lo que no me ayuda. Mi vida ha dado un giro, soy feliz, tengo paz, entiendo la vida de una manera totalmente distinta y esto se refleja en mi familia y en los que están a mi alrededor. 
Todas las herramientas que propongo, yo las utilizo y considero de inestimable valor para alcanzar bienestar y salud.
Sugiero únicamente que se utilice la lógica al dar credibilidad a opiniones que, desde luego, siempre son lanzadas desde la barrera. Sólo quienes han saltado al ruedo pueden hablar desde la experiencia y…eso es coherencia.
Invito al conocimiento y a la participación donde se puede descubrir que, al contrario que en la secta, se potencia el pensamiento individual y donde el líder es la propia persona.
Acepto y escribo desde el amor incondicional que invito a practicar.