«ES PEQUEÑO, NO SE ENTERA»

Para que una persona triunfe en la vida el componente fundamental es que tenga una sana y elevada autoestima. La actitud hacia uno mismo afecta a la forma de vivir.
Si se logra que la persona se respete, se considere digna de atención, valiosa y merecedora de todo lo bueno, entonces su vida cambia porque puede conducir su vida y su ambiente.
Esto es importantísimo para los niños y ayudarles a desarrollar la autoestima es el mayor regalo que les podemos hacer.
Si el niño reconoce quien es él mismo por medio de las palabras amorosas que le llegan o por medio de la consideración de su propio nombre, entonces la construcción de su propia imagen le beneficiará.
Antes incluso de que el niño pueda usar su lenguaje oral, habrá creado una representación de sí mismo basándose en la forma de trato de los que le rodean. Absorbe la visión de su propia persona tal cual lo ven las personas que forman su entorno. Esa es nuestra responsabilidad, que no culpabilidad, de adulto. 
NADA, NADA, NADA, se escapa de la atención del subconsciente y cual ordenador va grabando y guardando en el disco duro. En este punto llamo la atención sobre esas frases que se oyen en ocasiones: «No te preocupes, es pequeño y no se entera»; «No tiene edad para entenderlo».
Ser conscientes de las palabras y actitudes hacia los más pequeños es nuestra responsabilidad. 
La consciencia es la base del cambio.
Soy consciente y cambio desde el amor, porque con amor todo crece mejor.
                                                          Amanda Cass y sus amorosas ilustraciones.

ATENCIÓN, ATENCIÓN, ATENCIÓN.

Caminando, en la playa, en la cola del súper, en casa, con los hijos, en el trabajo, en la cama, durante el día, en la noche, a solas, en compañía…
Mindfulness requiere únicamente de la mente y el cuerpo. 
No requiere lugar sagrado, vivir en una abadía, vestir túnica, raparse el pelo, ir descalzo, postura de loto o lotería.
Veinte minutos al día de práctica constante, hacen que este hábito transforme la vida y cualquier situación o circunstancia pasa a ser objeto de ATENCIÓN PLENA, de ser observada con curiosidad y sin juicio.
Empieza a ser tenida en cuenta y ser recomendada como tratamiento de la ansiedad, el dolor, enfermedades del corazón, sida, cáncer o depresión. Llega a las adicciones, el embarazo, educación, a centros penitenciarios y como mejora en la producción.
Se financian proyectos de investigación y grandes y pequeñas compañías ven rentable crear espacios para el descanso meditativo. Sirve para la propia vida e inevitablemente para el mundo porque generando el propio bienestar, seguro lo estamos creando para alguien más.
Atención, atención, atención. 
Esto es: Salir del hacer para sólo «ser».
Habitar cada instante desde el amor.

Visita mi web.

ME EQUIVOCO Y PROGRESO.

Todo tiene una finalidad y todo tiene que servir para algo. Vivimos en la causa-efecto y se busca el valor de las cosas, el premio, la consideración social, un pago económico, el aprecio grupal…y por eso buscamos la excelencia extrema. Para conseguir respeto y atención.
Cuando entramos en el ciclotrón del perfeccionismo, nos dejamos por el camino la frescura y la flexibilidad, para entrar en un control incontrolable.
Crecimos con nuestras creencias. Nos mostraron lo traumático del suspenso, la vergüenza de la equivocación, la risa del despiste y la tremendez del traspiés. 
 ¿Qué pasa si me equivoco?, ¿Sí no encuentro la solución?, ¿Si miro sólo el camino?, ¿Si valoro también el fallo?
Así pues me permito el lapsus, la equivocación, el descuido y la distracción. Me permito procrastinar y no andar. Me permito observar mi fracaso como una posible opción porque no existe la perfección.
Me equivoco y me levanto. 
Tu solución no es mi solución.
Lo hago lo suficientemente bien. 
Las cosas están siempre bien para aprender.
Esta es la vida, el camino entre un sueño y la exclusión.
Me siento a mirarla y mientras tanto escribo sobre equivocarse y crecer…

…para hacerlo desde el amor.



MAESTRÍA DEL SER.

Me gusta que mis hijas se sientan parte de algo más grande que las integra y las sostiene. Es algo que fomento, haciéndoles ver que ellas son el punto de partida y de llegada. Promuevo unos valores que se acercan a la religión del Yo o a esa espiritualidad llamada Autoestima.
Mis hijas, como todos los niños,  están llenas de asombro y respeto. Son ojos grandes descubriendo un mundo confiable y al que merece la pena entregarse. Salen de ellas pensamientos capaces de crear y de forma natural consiguen, sin más.
Les permito ser y se abren a otra dimensión. A la del sentido de la vida dentro de la imaginación. Esto las motiva para quererse y creerse capaces. Todo es comprensible y, como el aliento, las llena de fuerza y de plenitud uniéndolas con la alegría, con la capacidad de maravillarse, con el instante presente, con la serenidad de lo misterioso.
Alguien me dijo una vez: ¡Qué pena que cuándo somos pequeños no aprendamos nada!
Entorpecidos y ciegos creemos que el conocimiento es sabiduría y eso…¿es realidad?
Me inclino ante los niños. Ante su intuición, su presencia en la vida, ante el mostrar de sus emociones, ante el sentirse magníficos y en constante conexión con lo que respiran.
¡¡Cuánta capacidad de ver y cuánta vivencia esencial!!
Yo las educo y mis hijas me enseñan. 
Son mis maestras. 
Han venido para eso. 
Han venido para ser.

Gracias a la vida.
                                                                      Maravillosa ilustración de Amada Cass

SECO BAJO LA LLUVIA.

La vida es movimiento y en ella aparecen circunstancias difíciles o dolorosas. Éstas no se denominan problema, porque no tienen solución e intentar cambiar estas situaciones provoca desgaste físico y emocional. Al no tener solución únicamente requieren aceptación.

Cuando no actuamos, cuando nos dejamos envolver por el torbellino del miedo, de los obstáculos y la parálisis, entonces nada se resuelve, llegando a ser tan conocido el problema que se convierte en nuestra manera de vivir.

Cuando la situación puede ser cambiada y hay una solución entonces hay que ACTUAR para… mantenerse seco bajo la lluvia.

«Un hombre invitó a Nasrudín a salir de caza con él, pero le dio por montura un caballo demasiado lento. El Mulá no dijo palabra. Muy pronto los demás se distanciaron, perdiéndose de vista. Poco después comenzó a llover fuertemente. No había refugio alguno en esa zona y todos los participantes de la cacería terminaron empapados.

Nasrudín, sin embargo, en cuanto comenzó a llover se quitó todas sus ropas, las dobló y se sentó encima de ellas. Cuando cesó la lluvia, se vistió nuevamente y regresó a la casa de su anfitrión para almorzar.

Nadie podía comprender por qué estaba seco. No obstante sus veloces caballos, ellos no habían podido hallar refugio en esa llanura.
-Fue el caballo que me dio, dijo Nasrudín.

Al día siguiente le dieron un caballo rápido y su anfitrión reservó para sí el lento. Llovió nuevamente. El caballo iba tan despacio que el anfitrión se mojó más que nunca, mientras regresaba a su casa a paso de tortuga.

Nasrudín repitió la misma operación que la vez anterior y regresó a la casa seco.
-Usted es el culpable (gritó el anfitrión), porque me hizo montar ese maldito caballo.

-Quizá (dijo el Mulá) usted no puso nada de sí mismo para resolver el problema de mantenerse seco.»

HACER ACCIÓN.
DESDE EL AMOR.

EL LUGAR QUE OCUPA LA FAMILIA.

Últimamente me persigue el tema de la responsabilidad con los hijos. Creo que puede ser útil publicar una reflexión que, aunque realicé para otro foro, puede descargar de culpa y hacer llegar un mensaje tranquilizador. Responde, por supuesto a una cuestión individual y desde luego mi perspectiva es transpersonal.
¿Qué lugar ha tenido tu familia en tu desarrollo personal?
Pues creo que un lugar principal desde el momento que estamos aquí juntos. Los padres perfectos que necesitaba para que mi personalidad creciera hasta donde está ahora, para hacer que yo actuara como lo he hecho y tomara las decisiones que tomé.
En ocasiones pensé que mi vida hubiera sido diferente si mis padres me hubieran manifestado más su amor o me hubieran apoyado más o me hubieran dado otro tipo de libertad…pero entonces no hubiera desarrollado los rasgos personales que me caracterizan, siendo estos imprescindibles para vivir las situaciones adecuadas y aprender mis lecciones.
Alejándome de la reducida visión humana, sé que mi esencia desea lo mejor para mí y que cada reto es un paso adelante en mi crecimiento. Miro hacia atrás y descubro mi aprendizaje en las situaciones que creía más duras. 
Todos los padres, absolutamente todos, hacen las cosas lo mejor que pueden (dice Louise Hay para eliminar la culpabilidad: «somos víctimas de víctimas»). Nuestros padres aprenden sus lecciones y se enfrentan a sus partes oscuras precisamente con cada hijo. Cuando pienso en los míos tengo presente que su forma de ser es debido a como les trataron a ellos, así que se que lo han hecho lo mejor que sabían. También sé que su esencia ha escogido sus propias experiencias determinadas para su propio crecimiento y por ello acepto los errores que pudieran haber cometido. Siguiendo el continuo devenir sé que mis hijas me han elegido a mí y todo lo que les doy es imprescindible para su desarrollo.
Así que TODO está bien y SIEMPRE ES LO PERFECTO. Mi familia es la perfecta para mí. Me han enseñado lo que necesitaba saber así como mis hijas me están enseñando y estoy aprendiendo de ellas. Tengo la plena confianza en que en algún momento así lo hemos pactado.

Los comentarios constructivos son bienvenidos.