¿MINDFULNESS, PARA QUÉ?

¿Mindfulness, para qué? Una pregunta con respuesta clara.

Para aprender a lidiar con tu estrés cotidiano.
Mejorar tu salud física y mental.
Gestionar las emociones poco gratas.
Conectar con tu propósito vital.
Lograr calma, claridad y equilibrio en la vida.

Para eso sirve la práctica de la Atención Plena o Mindfulness. Desarrollar las virtudes interiores que aportan serenidad en la vida.

Te animo a participar en mis talleres o actividades de crecimiento. Una vida en bienestar es el resultado del tu compromiso personal.

Para Amarte.

Espejito, espejito…¿qué ves aquí, monito?

Espejito, espejito…¿qué ves aquí, monito?

La compasión, el altruísmo y la empatía son motor de avance de la humanidad.

Siempre me han gustado las palabras. Me gustan las palabras redondas y cálidas como ternura; también me gustan las rotundas y pesadas como hormigón; y sobre todo me gustan las palabras suaves y amables que acarician el corazón. Alguna de estas palabras son apacibles al mismo tiempo que contundentes, por ello se enfrentan a la desconfianza. Se asocian a ideas religiosas o con una moralidad trasnochada, sin embargo tienen un significado profundo y verdaderamente humano. Compasión, altruismo o empatía son palabras flexibles y fluidas que no se entretejen con la misma fibra rígida que lástima o pena.

Somos seres sociales, vivimos en comunidad y nuestra naturaleza es profundamente colaboradora, a pesar de que la historia se relata a través de la catástrofe, el poder a cualquier precio, la injusticia o la desigualdad. Hay una energía silenciosa y humilde que no es tan llamativa como el conflicto pero que conforma nuestra esencia. Si sólo fuéramos desavenencia y lucha ya habríamos desaparecido hace mucho tiempo, sin embargo aquí seguimos, pisando sobre nuestro destino. La compasión, la empatía y la colaboración son motor del avance en la humanidad, sin duda alguna.

Cierto es que la realidad está salpicada por problemas, injusticia, tensiones, delitos y sufrimiento. No puedo, ni pretendo negar lo obvio. Sin embargo, al lado de esto hay acciones sencillas de generosidad, actos cordiales y bondadosos, hechos que aportan consuelo y buena voluntad. Yo veo continuamente (cualquiera puede apreciarlo, a poco que ponga el foco de Atención y la intención en ello), vínculos sociales que llenan de alegría a la gente. Las relaciones cotidianas con nuestros semejantes son empáticas y por ello creamos la red social a la que pertenecemos como civilización. El clan atiende al desafortunado, al herido, al discapacitado y aunque en muchas ocasiones la compasión parece desvanecerse, renace de forma asombrosa y radiante en otro momento. Es como un contrato indefinido, fijo, discontinuo; su despliegue es poco regular pero su latencia es clara y determinante.

Nuestra historia también puede recorrerse calladamente desde otro hilo conductor como el Amor comprometido, la compasión o la misericordia, aunque se entremezclen con las connotaciones menos afortunadas de pena, lástima o debilidad. La realidad, lo verdaderamente auténtico del término, hace referencia a comprender, respetar y defender a otras personas aunque no tengan nuestros mismos intereses.

Hoy se usa mucha la palabra empatía. Múltiples investigaciones científicas demuestran que es una característica de los humanos. Somos capaces de ponernos en lugar del otro para tratar de comprenderle. Podemos ver en la sonrisa diferente la imagen de nuestra propia alegría y también comprendemos el dolor en un sufriente rostro ajeno porque nos recuerda los miedos, inseguridades y sufrimiento propios.

Así que esto ocurre: puedo cerrarme al dolor ajeno para no ver mi propio dolor, intentando en vano olvidar mi miedo e inseguridad o soy capaz de que la compasión me llene y tomo contacto con todo lo mío, con todo el miedo y sufrimiento personal que conllevo. Comprendo así que hay que tener mucha valía y una grandísima fortaleza para enfrentar los dolores más profundos.

Lejos de ser un sentimentalismo inútil, la compasión revela un potencial emocional y espiritual enorme que nos proyecta hacia los demás y que puede ser explicado científicamente. Comprender o explicar el sistema nervioso al detalle no es mi objetivo, sin embargo actualmente la biología molecular, la electrofísica y la informática avanzan lo suficiente para lograr generar e identificar imágenes de los neurotrasmisores en el cerebro.

Entender la base de su funcionamiento, estudiando las descargas electroquímicas, permitió realizar el experimento que culminó con el hallazgo de las neuronas espejo. Así, como en cualquier historia y con el devenir del tiempo, un neurobiólogo llamado Rizolatti lideró un descubrimiento más que sorprendente. Cuando estudiaban la respuesta neuronal de un grupo de monos ante determinadas actividades, descubrieron que las mismas neuronas también se activaban cuando los animales veían realizar la acción a otro grupo de simios o incluso a los científicos. Es decir, que para su cerebro era lo mismo llevarse un plátano a la boca o que lo hiciera otro. Había un grupo de neuronas que actuaban reflejando la acción de otro individuo, por lo que recibieron el nombre de “neuronas espejo”.

Ya en el cerebro humano se detectó que un grupo de células se activaba cuando pinchaban al sujeto-paciente con una aguja y también lo hacían cuando el paciente miraba cómo otra persona recibía el pinchazo. Una clara señal de la existencia de neuronas espejo en nuestra especie.

Así que la ciencia confirmaba y se abría ante una nueva dimensión: sentir el dolor de otra persona. La empatía como término filosófico, moral o usado en política social era constatado por una realidad biológica. Así es, una parte de nuestro cerebro reacciona fisiológicamente ante la alegría y dolor ajeno como si fuera propio.

Actualmente la función de estas neuronas es ampliamente reconocida como un importante facilitador de las relaciones. Somos capaces de ponernos en la piel de otra persona y aprender a través de la imitación, ya que nuestro sistema espejo se refiere tanto a acciones como a emociones. Esta es, muy resumida, la base de la conducta compasiva y empática.

Empatía, compasión, solidaridad, compañerismo, adhesión…palabras preciosas, llenas de acción. Porque a diferencia de “simpatía” supone una participación activa. Hay un voluntad por parte del observador de tomar parte en la experiencia de otra persona, de compartir la sensación y de realizar un gesto al respecto. Un tipo de inteligencia interpersonal que conecta entre sí a los seres humanos formando una unidad. La pregunta, como reflexión, que quiero lanzar es si estamos unidos a otros seres vivos y con el planeta tierra en su conjunto.

Tengo mis propias motivaciones, razones y emociones para escribir este artículo. Para mí la respuesta es afirmativa sin ningún género de dudas y mi deseo es incluir al lector en el “círculo expansivo de compasión”, hasta que todo lo abarque.

Somos un todo. Sólo podemos vernos a través del espejo que nos ofrecen los demás.

Publicado en el Revistín. Avilés Octubre 2019

Charla-Taller para Profesionales de la Salud

 
 Profesionales de la salud
Centro de salud de Luarca. 
Asturias. 
Miércoles 12 Junio 2019.
 
***
La palabra Mindfulness es una palabra muy extraña que alude a la capacidad universal y humana de prestar Atención. Cuando un grupo profesional decide incorporarlo al día a día y se compromete con esta decisión, está en el camino adecuado para abandonar el estrés y empatizar con los pacientes.
En esta charla abordamos el cómo. 
Cómo puedo mejorar mi vida para acompañar a los demás. 
 

Cuanto más severos son los problemas de salud de los pacientes,
mayor es la necesidad de promover un entorno de Atención Plena.
Promover la atención en ellos y, por supuesto, en los equipos sanitarios que les atienden. 

¿ Qué pensamientos tienes ?

Puedes acceder a mis Cursos de Mindfulness en Esencia de Atención

¿Qué pensamientos tienes?

Estamos esperando en la cola para sacar unas entradas. De repente, una mujer le da una bofetada a la que está a su lado. Le grita, llamándola de todo menos bonita, y aún gritando se aleja rápidamente.

La otra mujer a los pocos minutos también se marcha sin pronunciar palabra. Las personas que seguimos esperando, sin saber realmente lo que sucedió, vamos dando gratuitamente interpretaciones de la escena.

Cada una a su manera muestra el propio sentir: alguna está enfadada, otra sorprendida, otra siente pena por la que recibió la torta, otra preocupada porque eran conocidas, a un adolescente le hace una gracia tremenda …. y así con todas las que rodeaban el punto cero.

En todos los casos, la emoción que mostraban era la consecuencia de sus pensamientos porque cada una, sin excepción, hizo su propia lectura.

Nos describimos el mundo desde nuestro diálogo interno y ponemos a cada experiencia que ocurre una etiqueta. Nos damos explicaciones de lo que aparece, al lado de palabras como bueno, malo, agradable desagradable, seguro o peligroso. Todo ello forma parte de una conversación íntima, propia y personal que está coloreada por nuestros pinceles mentales.

Recuerdo como, cuando iba al colegio, ante la proximidad de los exámenes y a pesar de ser buena estudiante, solía caer en un bucle de pensamientos tormentosos.

Si no estudio, suspendo; cuando suspendo, repito; si repito, no encontraré trabajo para poder vivir… ¡Dios mío! ¿Qué voy a hacer si mis padres faltan? Al miedo de suspender se unía el más terrible de todos para una niña, el pánico a quedarme sin mis papás. Así que me subía a una autoexigencia desmesurada que no me permitía dormir.

Nadie podía escuchar mis pensamientos y aunque fueran futuribles irreales, yo me los creía.

Nadie está libre de ese diálogo interior, la mayor parte de él es inofensivo y sirve para la logística diaria. Sin embargo, observarlo es el primer paso para conseguir gestionar las emociones que desencadena.

Hay diálogos Internos poco saludables que afectan muchísimo a la calidad de vida. Son muchos y variados; éstos son los más evidentes.

Pensamiento Dantesco

La mente vive en futurible catastrófico. Se proyecta hacia un futuro imaginario que muestra desde el escenario caótico a una terrible tragedia muy posible. Seguramente nada de ello ocurrirá, sin embargo, como la mente no sabe distinguir entre realidad y ficción, la química corporal responde con miedo a este diálogo y la inyecta en torrente sanguíneo. Este diálogo generalmente comienza por: “¿y si…ocurre tal o cual cosa?

Pensamiento de Autocrítica

Se fija siempre en las limitaciones y los defectos. Se recrea en la comparativas con otras personas o situaciones y siempre siente que está en desventaja. Algunas frases de este diálogo son: “no lo merezco”,

“No soy capaz”, “no puedo”.

Pensamiento Mártir

Desde un estado victimista hace ver a la persona que siempre atraviesa algo insalvable o insostenible. El individuo se siente desprotegido y sin esperanza, se llena de lamentaciones pero no hay intención de cambiar las cosas. Este diálogo suele decir: “nadie me valora”, “no les importo”, “no me entienden”, “siempre me toca sufrir”.

Pensamiento Autoexigente

El cansancio, agotamiento, nervios y estrés son los productos de esta tendencia a la perfección. Los objetivos siempre han de cumplirse y los errores son imperdonables. Lleva la intolerancia no sólo hacia sí mismo sino hacia los demás. Interviene con sentencias como estas: “no es bastante”, “no está suficientemente bien”, “no es perfecto, puedes hacerlo todavía mejor.

Comprender no es lo mismo que entender y hay sutilezas que llegan a ser grandezas. Me parece interesante trasladar esta diferencia porque es posible entender algo y no comprenderlo en absoluto. Comprender es hacer propio lo que se entiende, actuando de manera consecuente con ello.

Es ser consciente de algo e integrarlo en uno mismo para transformarlo en acción y si no lo hacemos preguntarnos el porqué. Entender es captar la idea, comprenderla es acogerla dentro para que sea útil. Comprender es el: ¡Aha, esto es!; ¡Qué claro lo veo!; ¡Eureka! Me sirve para la vida.

Seguro que puedes entender que tus conversaciones mentales afectan a tu realidad. Si pasas a comprenderlo, si las atiendes realmente, puedes mantener la distancia sin ahogarte en ellas.

Dirigirte desde lo que te quita energía a lo que te nutre. Desde el miedo al amor.

El Amor siempre muestra la dirección adecuada.

Soy Generosa Lombardero.
Puedes acceder a mis Cursos de Mindfulness en Esencia de Atención

Desapego. Comprender. Soltar. Amar

Desapego. Comprender. Soltar. Amar

Sáb 14 y Dom 15 Dicmiembre 2019
10.00-14.30
Lugar: Esencia de Atención
Trav. de la Vidriera 29
Avilés

Plazas limitadas. Inscripción.
Inversión 2 talleres: 80€
10 € Reserva+ 70€ Primer Taller
Formas de pago y reservas:
Generosa Lombardero. 696443300
geni.lombardero@gmail.com

Tenemos la necesidad de que las cosas sucedan como queremos y la mente busca el control de cualquier situación. Sin embargo la vida es incontrolable y respira por sí misma.

El deseo es el motor del mundo pero cuando entramos en la rueda imparable del deseo continuo, nos llenamos de insatisfacción constante. Nos resistimos a mirar hacia los conflictos, las situaciones dolorosas desde la aceptación y emprendemos una lucha agotadora por cambiar aquello que es una realidad. Perdemos así la calma y el equilibrio.

Si quieres comenzar a reconciliarte con la vida para sentir bienestar, estos talleres son para ti.

Orientados a quienes quieran:
Aprender a soltar, desapegarse y aceptar las pérdidas.
Cerrar un ciclo de su vida para poder abrir otro más enriquecedor.

Finalidad:
Ser consciente de que la mente genera apegos.
Manejo del apego.

Contenido:
Apego. ¿Cómo nos afecta?
Relaciones personales, dependencia, duelo.
Quiero ir hacia adelante pero siento que estoy en el mismo sitio.
¿Pierdo o suelto?
Sentido del ser.
Presencia y conciencia.
Manejo del apego.
Respirar el desapego.

«Desapego no es que tú no debas poseer nada,
es que nada te posea a ti»